Adriana Castro “La Güera Castro”

Nací en Tecomán, Colima, donde la vida me puso a prueba desde muy pequeña. Perdí a mi madre a los cinco años y a mi padre a los ocho. Éramos siete hermanos, y nadie quiso hacerse cargo de nosotros. Mi niñez estuvo marcada por el dolor y la soledad, pero también por una fuerza interior que comenzó a despertar muy temprano.

En aquellos días difíciles, encontraba consuelo cantándole al mar y hablando con los árboles, confiando en que algún día crecería lo suficiente para defenderme de las injusticias y el sufrimiento. La música se convirtió en mi refugio, mi manera de sanar y de seguir adelante.

Muchos creen que soy una mujer fuerte… y quizá lo soy. Pero detrás de mi voz hay profundas heridas: la pérdida de mi hijo de tres años, de mi hermana —a quien el cáncer se llevó hace casi cuatro años— y de mi hermano, que partió un año después.

Hoy sigo cantando por ellos, por mis hijos y por todas las personas que me acompañan con su cariño. Me siento bendecida por tener una voz versátil, capaz de transmitir lo que llevo en el alma, y por contar con el apoyo de quienes me inspiran a seguir cantando, aún cuando el sentimiento me gana.